domingo, 29 de diciembre de 2019

Cómo me convertí en Facilitadora de Planta Sagrada



CÓMO ME CONVERTÍ EN FACILITADORA DE PLANTA SAGRADA AYAHUASCA

Voy a explicar cómo llegó a mí esta planta.

Una pareja que tuve le encantaba tomar ayahuasca. Yo, sin embargo, siempre había dicho y reconozco que sin tener ningún tipo de conocimiento sobre ella, decía que no se tomaba en las condiciones adecuadas y que se hacía un mal uso de ella. Con el tiempo entendí de dónde sacaba aquellas ideas de algo tan desconocido para mí.

Tanto me insistió en que tomara, que finalmente accedí a tomarla. Yo sola, en una sala de 60 metros cuadrados al lado de instrumentos terapéuticos como cuencos de cuarzo, gongs...Mi pareja de entonces estaría asistiéndome.
Así que accedí después de meses y meses de insistencia. Pensé, la recibo gratuitamente y cuidada...será que la tengo que tomar.

La primera experiencia fue de 7 horas aproximadamente. Fue tremenda. Nada más empezar empezaron a hablarme con todo detalle de varios sucesos de mi vida y empecé a comprender tantas y tantas cosas de mi vida y de mi historia personal, de mis vidas pasadas, de mis conexiones interiores, vomité varias veces, tomé varias veces, tuve visiones, lloré, lloré y lloré y comprendí, comprendí, comprendí...

Estuve todo el mes con la experiencia ayahuasca en el cuerpo...seguía con visiones, muchísima percepción de todo y sentía que tenía que volver a tomarla...
Fue mi pareja la que una vez más, me dijo, tienes que tomarla otra vez.
Luego lo supe, a él le había pedido la planta que me la diera dos veces como mínimo...por eso había comprado para mí.








En esa segunda toma, ahí, fue un completar la experiencia de la primera. Tengo que decir que la experiencia en sí no me gusta para nada pero sí los efectos de purga, de purificación que tiene en todos los cuerpos...
Ahí fue cuando tuve la llamada de la Ayahuasca. Me pedían que yo llevara ceremonias de Planta Sagrada.
Me quedé tan sorprendida, yo que había rechazado tantas veces durante años el uso de la planta, yo que decía que no se usaba bien, yo que decía “jamás tomaré ayahuasca...”

Yo siempre había tenido conexión con los mundos superiores de luz, con las jerarquías angelicales, con mi yo...
Me tomé 3 meses para tomar una decisión. Me parecía una locura. Yo, una occidental, sin conocimientos de la planta, podía realizar semejante acción...sentía que faltaba al respeto a la naturaleza, a lo sagrado, a los chamanes... hasta que un día me explicaron los motivos por los que me lo habían pedido, y sin entrar en detalle específico, el motivo eran los valores que tengo en mi vida.

Cuando les dije que sí, entonces me indicaron cómo realizar las ceremonias desde el inicio hasta el fin. Músicas, Luz, horas, precios estimados, purificaciones, etc... todo me fue indicado. Lo hicieron así pues yo no hubiera sabido cómo empezar. Necesitaba toda esa información. No sabía nada de ese mundo.

Y ahí empecé con la primera. De todas las que he hecho en los últimos 5 años, fue la más dura. Fue una ceremonia compleja. Después de esa, todas fueron fáciles. Cada ceremonia es distinta.
Cada ceremonia tiene su luz, sus ángeles, sus energías distintas. Las hay de 3 horas, las hay de 6. No depende de mí. Depende de lo que necesite la planta esa noche para realizar su trabajo en el grupo.
Siempre pido Amor, que todo se haga con cariño, que las sanaciones se impregnen de la luz del espíritu de cada uno y que la luz pueda iluminar esas sombras que todos cargamos para liberarnos y ser nosotros mismos. Que cada uno realice el trabajo de sanación que tenga que realizar. Que sea su propia conciencia la que se abra y su ser el que determine el camino a esbrozar.
Yo estoy para ofrendar la ayahuasca a la persona, para bendecir la ceremonia, para protegerla de los malos espíritus...Estoy para recoger los vómitos, acompañar y saber cuando es necesario estar al lado colocando una mano o dejar que la persona llore o viva su experiencia completamente en silencio. Estoy para tocar los instrumentos, para rezar, para expandir amor, luz y lo que mi esencia quiera ofrecer en ese momento a la sala, al grupo, a la vida.
Estoy.

La ayahuasca no es para todos. Está al servicio de la humanidad. Pero es para aquellos que sienten la llamada. Cada uno tiene su camino. Y se debe tomar con reverencia, respeto. Respeto a lo sagrado. A la vida. El que quiera.

Agradezco cada ceremonia que realizo pues sé que son sanación. No se necesita tener grandes visiones ni nada espectacular. La Ayahuasca está actuando. A veces me dicen, “no siento nada” y sin embargo, estoy viendo como la ayahuasca está haciendo su trabajo. Deja la mente. Deja la mente siempre que quieras ver o percibir algo. Estamos tan acostumbrados a los estímulos que necesitamos acumular “experiencias”. La ayahuasca puede ser una gran experiencia de conexión con tu esencia como una gran experiencia de purga. Tu propia esencia es la que decide como quiere que sea para ti. Si no ves, es porque no va a ser bueno para ti. Si ves, es porque va a ser bueno. Si vomitas, estás haciendo un gran trabajo. ¡Y si no vomitas, también!

Hay experiencias de Amor sublime, experiencias de trabajo con la sombra mirándola directamente, experiencias de amor a tu niño, a tu bebé interior, experiencias todas válidas, experiencias de apertura a ti mismo/a.

Hoy agradezco la llamada de la Ayahuasca. Gracias a ella he recibido mucho agradecimiento de personas que me han reconocido que jamás la hubieran probado sin la presencia de una persona cercana y de confianza. Sé que he ayudado en el camino de abrir puertas interiores y en cada ceremonia doy las gracias por estar allí. Doy las gracias a los Seres Cósmicos que me enseñaron y me guiaron y me dieron valor para estar en la primera, atreverme a la segunda y continuar.

Agradezco a las almas que han venido a las ceremonias, las casas, a mi compañera de camino María José que tantas ceremonias estuvo como acompañante ayudando en todo. Y especialmente a mi Esencia que lleva ese conocimiento dentro.
La ayahuasca es una planta de respeto hacia todo. Las ceremonias son sacras. Nos conectan con la Divinidad Interior, con la Conciencia Terrenal y la Conciencia Cósmica. Las Ceremonias son una experiencia de Amor hacia la Vida y de Reconocimiento hacia tu propia parte Sagrada y tu Integración y Manifestación en tu vida. El objetivo es integrar las enseñanzas recibidas y llevarlas a la vida.





Bendiciones a todos.




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