martes, 14 de enero de 2020

Las Jerarquías Espirituales



Las Jerarquías Espirituales de Luz


La Jerarquía de Luz tiene sus propias leyes cósmicas.
Todas las Escuelas de Sabiduría han recibido estos conocimientos para poder evolucionar. Es sabido ya que la conexión y comunicación con seres de otros lugares y planos dimensionales era algo habitual entre los componentes de nivel superior de las Escuelas.
Estos que ocupaban un lugar más alto jerárquicamente, debían velar y salvaguardar el conocimiento y evitar que cayesen en manos que por ansias de poder personal quisieran utilizarlo a su favor. Es por ello que la humanidad siempre ha tenido miedo a los seres que han desarrollado sus capacidades psíquicas de manera descontrolada.
Los ataques a las mentes y a los cuerpos de épocas pasadas se produjeron. Lamentablemente hoy en día también ocurren. 
Aunque la Jerarquía de Luz tratan por todos los medios de hacerlo salir a la luz para evitar daños en terceras personas, normalmente inocentes y que distorsionan el camino de los que atacan. En ocasiones, tan solo son víctimas de las que aprovecharse por algún motivo, sea económico, por poder, por competitividad, celos e incluso por capricho pues la maldad disfruta en su energía...

Las escuelas de misterio igual que cayeron en la oscuridad también fueron destruidas, en la mayoría de las ocasiones por la misma Jerarquía que las había creado en sus épocas de Luz. Existe todo un protocolo a nivel jerárquico, a nivel espiritual, de seres muchísimo más evolucionados que protege el conocimiento. Son ellos precisamente los que traen ese conocimiento, pero no solo lo traen sino que también se responsabilizan de que ese conocimiento esté salvaguardado y no caiga en manos inconscientes.

Este protocolo busca incluso proteger a los propios implicados que muchas veces en su ascenso de poder no tienen la suficiente mirada autocrítica y pueden llegar a destruirse ellos mismos. Por ello es necesaria esta intervención como prevención de males mayores.
La magia negra y la manipulación una vez entran en una fraternidad es muy difícil de erradicar. La magia suele entrar por enquistamiento de poder, por seres que no dominan sus ansias de poder y de dominación. Rara vez se ha conseguido extinguir desde dentro pues parte del poder se ha corrompido. Cuando se observa que ya no va a ser posible el cambio, entonces se procede a la destrucción con palabras y amor de aquello que se cree indestructible y poderoso. Los hombres juegan a ser Dioses. Es un gran peligro para el hombre la adquisición de poder. Primero la Jerarquía Espiritual les avisa en distintas ocasiones, se les avisa de que necesitan modificar sus conductas. Hay un número de avisos y se proporciona tiempo para que reflexionen. Si siguen reincidiendo en los mismos comportamientos, se toma la decisión de retirarles el poder.
Esto es así desde que se vio que dejando que las cosas siguieran su curso solo provocaba que muchos seres sufrieran sin ninguna protección generando mayores heridas sobre todo en las almas con más virtudes internas desarrolladas. Esto es debido a que un alma con virtudes como la bondad, la generosidad, la empatía sufrirá mucho en ese proceso mientras que el alma maligna no siente y no tiene empatía por el prójimo.

Las grandes caídas de la Atlántida y del Antiguo Egipto mostraron que solo se generaba más karma, más registros en los cuerpos energéticos de las personas permitiendo que la situación se resolviera por si sola. Es por ello, que se tomó la decisión de intervención en aquellas situaciones en las que se pasaran los límites establecidos.

Eso es porque la Tierra forma parte de la Unión de Mundos del Cosmos y debe ser protegida para mantener el equilibrio en este Universo.
Se decidió que no se podía permitir el daño intencionado en aquellas instituciones o formaciones como asociaciones, fraternidades que hubieran sido instruidas.
La Jerarquía Espiritual necesita personas comprometidas con el servicio y la labor de propagación de la sanación y sobre todo de la Verdad Espiritual que rige en toda evolución. La mentira, el engaño, la persuasión, no son características de un líder de la Jerarquía ni de representantes de ella.
Es por ello que en la actualidad, la Jerarquía supervisa todos los trabajos espirituales y contacta con aquellos aspirantes que tienen verdaderos deseos de servir.

Es por ello que muchas almas que tienen capacidades de visión, comunicación con los mundos sutiles y capacidades psíquicas prefieren encarnar en vidas humildes y desarrollar desde ahí su servicio pues la tentación por el poder será menor y pueden desarrollar otro tipo de servicios.
Es importante recordar que como méritos espirituales se considera el desarrollo de virtudes y llevar estas virtudes a la acción. Es necesaria la acción en la Tierra. Con acción habrá cambios y desarrollo en el humano y en toda la Tierra. El no actuar solo lleva a que todo siga igual. Ser espiritual no es estar en silencio y no hacer nada. Ser espiritual es vivir la experiencia de ser humano. Y para eso te han dado unas piernas, unos brazos, una mente...Úsala y decide por ti mismo qué está bien y qué está mal. Dónde está el equilibrio de la balanza. No permitas que otros te guíen asegurándote dónde está el bien y dónde está el mal. Eso ya pertenece a épocas antiguas. El momento es ahora. Vive tu vida, haz el bien, habla bien de todos y sé justo, equilibrado y armonioso con todos. Los cambios de conciencia siempre causan desequilibrios. Desequilibrios para equilibrar. El camino espiritual, el camino del Yo es un camino de cambios, donde hay crisis y de esas crisis uno sale renovado, con ideas nuevas y con una nueva presencia. Ha habido una apertura de conciencia. Sin crisis, sin cambios, sin sorpresas no hay camino espiritual. El camino espiritual exige cambios en la vida terrenal, cambios físicos, reales. Si realmente deseas avanzar espiritualmente, en la manifestación de tu espíritu eso va a exigir de ti más que asistir a unos cursos, a unas sesiones de terapia. Va a exigir que te mires a ti mismo de verdad, te reconozcas y desarrolles todo tu ser, con tus dones. Manifestar la belleza y la verdad única de ti mismo. Adelante.